Hola,
Te saludo desde abril, un mes donde hay muchas celebraciones importantes para Pomario: la tierra, el lenguaje y los niños. Este mes, dentro de la promesa de recordarte mantener tus propósitos de año nuevo, decidimos dedicarlo a los niños. Así que hoy te escribo yo, Mariana.
Soy Mariana Botero G., mamá de Pascual, hermana mayor de los hermanos fundadores de Pomario y quien les habla desde nuestras redes sociales en nombre de todo Pomario.
Amo la cocina, una cocina simple, sin pretensiones y sobre todo, sin recetas. Me gusta inventar, jugar con los ingredientes que tengo a la mano y explorar nuevos sabores ¡especialmente vegetales!. Hoy tengo una dieta vegetariana principalmente, así que amo cocinar con granos y leguminosas, siempre con toques vegetales en formas que la imaginación me va dictando.
De esta misma forma empecé la alimentación de mi hijo. Pascual tiene 5 años. Recuerdo con demasiada emoción el día que empezó alimentación complementaria, porque iba a probar por primera vez algo diferente a mi leche. Soñaba con ver la cara que haría, cómo se iría a saborear cada bocado y su relación con cada uno de los alimentos, la mesa y la cocina.
Y así fue. Nació el día del chef (del cocinero como me gusta a mi decir) y le ha hecho honor a ese día desde que probó la comida. Así que este es un pequeño recuento de mi historia por estos años de crianza y de alimentación, porque con seguridad algo valioso saldrá de aquí para ustedes: papás, tíos, abuelos, nanas, o cuidadores de niños desde donde me estén leyendo.
Mi hijo empezó alimentación complementaria a los 5 meses, con frutas porque estábamos en el mar y era lo que teníamos a la mano. Fue mango y recordaré por siempre su cara y la forma como siguió "velando" toda la comida. Desde ese momento, en nuestra casa se instauraron reglas importantes, unas en la mesa y otras del tipo de alimentos. ¡Aquí van!
- La mesa es momento para compartir en familia. Ni juguetes, ni pantallas están permitidos.
- No correteamos a nadie para que coma. Como decía mi pediatra "la mamá cuchara" estaba prohibida. Y sigue estando.
- Tenemos unos horarios claros para las diferentes comidas del día.
- Nos alimentamos sano, natural, con alimentos que conocemos su origen y sabemos pronunciar sus ingredientes.
- Podemos ser flexibles ¡de vez en cuando! y dejar que abuelos, tíos y amigos den esos regalos que les gustan como chocolatinas ("tinas" como les decía Pascual), helados y otras cosas que les gustan a ellos ¡aunque a mi no tanto! ;) como gomitas y eso de colores extrovertidos.
- Todo lo que podamos comprar orgánico y producido en Colombia lo compramos. Así que Pomario fue mi gran aliado y lo sigue siendo.
- Los alimentos tienen una historia y nos gusta conocer de donde vienen.
Cuando ya empezamos a comer más que frutas y vegetales y arrancó el arroz y las proteínas, leí de BLW (baby led weaning), así que no hubo papillas extra finas y había en cambio zanahorias baby, pedazos de pollo, brocolinis o pedacitos de brócoli. Eso si, yo siempre pendiente de que no se ahogara y que fueran las porciones y tamaños adecuados.
Finalmente llegó la sal y la oportunidad de especias y más sabores. Desde ese momento nos abrimos a la oportunidad de que Pascual probara de todo. Y estas eran nuestras reglas:
- No cargamos con comida para ninguna parte. ¡Ya él podía comer de todo!
- A donde vayamos y lo que haya, eso es lo que Pascual y todos comemos. Llámese mondongo, fríjoles, ensalada, pizza o sushi ¡lo que sea!
- Probamos de todo. ¡Se vale que no nos guste, pero no se vale no probar!
Como les conté, amo la cocina y el plan de cocinar para mi es sagrado. Desde que mi hijo se empezó a parar y a sostenerse, compramos un banco de aprendizaje, característico de la educación Montessori. Lo incluí en mis rutinas diarias de cocina. Le fui dando pequeñas tareas acordes a su edad. Empezamos limpiando champiñones y tenía un cuchillo sin filo de madera. Hoy en día tiene un cuchillo mas grande, sabe que es suyo y me ayuda con la zanahoria, el zucchini, brócoli, coliflor y todos los vegetales y demás alimentos que no son duros. El siguiente pasó será tomar confianza con el fogón con supervisión mia.
Cocinar juntos, probar y dejarlo elegir ingredientes han sido actividades claves para asegurar que mi hijo hoy coma casi de todo (menos champiñones y hummus como el mismo dice) y disfrute al máximo cocinar, comer y sentarse a la mesa.
Hoy estamos aquí con Pascual de 5 años y medio. Ya pasamos por la guardería y el colegio. Me dio duro soltar su alimentación y saber que entraba a un mundo de alimentación menos sano y consciente, donde dan jugo con azúcar blanca y sánduche de atún de lata con mermelada ;( Me estresé al principio, pero después decidí soltar y entender que toda la vida no lo iba a tener en una burbuja y que tampoco me iba a complicar con loncheras de por vida.
Vivimos en nuestra casa una alimentación en equilibrio. En casa comemos de todo y todos igual: muchos vegetales, muchos brotes, ensalada siempre, proteína animal y vegetal, papa, yuca y demás. Nos damos gusto también, salimos a comer y probamos. Dejamos que los tíos y abuelos nos contemplen y seguimos respetando las reglas que instauramos cuando nuestro pequeño tenía 5 meses.
Disfruten este camino de cocinar y comer en familia. Inventen e involucren a sus niños.
Les mando un abrazo desde mi cocina, Mariana BG
Comentarios (1)
Amé leer esta historia!!! Que bonita y seguro inspiradora y “alentadora” para muchas mamás. Felix día desde ya, no debería ser un solo dia de madres, creo que merecen el año entero!!!